¿Qué es el Flujo?
Esta reflexión no está “tan” relacionada con el mundo de la inversión. Sin embargo, creo que os gustará quedaros hasta el final porque está relacionada con la independencia financiera y la obsesión que tienen algunas personas con llegar a la meta sin disfrutar del camino. Me encuentro ahora mismo leyendo un libro titulado “Si eres tan listo, ¿por qué no eres feliz?” (“If you are so smart, why aren´t you happy” en inglés), del autor Raj Raghunattan. En este ensayo, el Profesor Raghunattan aborda el fenómeno de que inteligencia y felicidad no siempre van de la mano. A pesar de que mucha gente tiene un gran intelecto y éxito en la vida laboral, muchas veces esos mismos individuos tienen problemas para sentirse felices con su vida. A lo largo de las hojas de este ensayo, el autor explora los motivos detrás de esta paradoja y da algunas claves para sobreponerse a ello y encontrar la felicidad.
En otro momento quizás no le habría dedicado ni un segundo de mi atención, pero acababa de finalizar la lectura de “El Inversor Inteligente“, de Benjamin Graham. Los que habéis leído este libro sabréis que no es precisamente un ejemplo de libro ameno y ligero de leer, por lo que necesitaba despejarme un poco con algo menos denso y que fuera más sencillo. Y es entonces cuando me topé con este libro.
A fecha de publicar este artículo aún no lo terminado, pero me he quedado prendado de un concepto que ha hecho imperativo tener que sentarme a escribir para compartirlo con vosotros. ¿Alguna vez habéis experimentado estar tan inmersos en una actividad que cuando os queréis dar cuenta han pasado horas? Puede ser cualquier actividad: haciendo deporte, escribiendo, pintando, bailando o tocando un instrumento, jugando a videojuegos, o incluso meditando. Pues esa sensación no es ni más ni menos que lo que en psicología se conoce como “el flujo” (del inglés “Flow“) o “la zona“.
¿Qué es el flujo?
El flujo es un estado mental, un fenómeno en el que una persona está completamente inmersa en una actividad hasta tal punto que pierde la noción del tiempo y del entorno. La palabra deriva de la sensación que se experimenta al estar en el propio estado de flujo, en el que todo parece fluir encaminado al objetivo a conseguir. En este estado, la persona tiene una sensación de concentración, motivación, disfrute y satisfacción. No importa la actividad a desarrollar, pero sí que se dan una serie de circunstancias comunes:
- Pérdida de la conciencia. Cuando se está en “la zona”, la persona tiene una concentración tan intensa en el objetivo que quiere alcanzar que a la mente no le queda energía para nada más.
- Percepción de control de la situación: las personas en estado de flujo son dueñas de la actividad que están realizando, no son meros espectadores. La conciencia está trabajando a plena potencia para lograr el objetivo propuesto.
- Una alteración de la noción del tiempo. Las personas que describen su experiencia estando en “la zona” aluden a que el tiempo parece detenerse, ya que se encuentran tan concentrados que el tiempo deja de ser relevante. Y paradójicamente, al salir de ese estado se dan cuenta de todo el tiempo que ha pasado sin que se dieran cuenta.
- Un equilibrio entre el nivel de habilidad y el nivel de desafío que supone la tarea. Esta característica es relevante tanto en cuanto que el desafío no debe ser inalcanzable, ya que haría perder el interés a la persona; ni demasiado sencillo, ya que la aburriría. Al contrario, debe tratarse de un desafío que la persona es consciente de que es capaz de abordar y conseguir.
¿Cómo se relaciona el Flujo con la felicidad?
Ahora que hemos definido qué es “estar en la zona”, la pregunta lógica sería: ¿qué tiene que ver este concepto dentro de un libro que explora las claves de una vida feliz, plena y satisfactoria? Y sobre todo, ¿esto qué sentido tiene en una web sobre inversión?
Estoy seguro de que los que me leéis podéis recordar al menos una experiencia que coincida con la descripción. Y no solo eso, también estoy seguro de que esa experiencia os evoca emociones positivas. Y es que de acuerdo con el autor, cuando las personas experimentan estar en la zona lo recuerdan como algo positivo y con sentido, independientemente de dónde hayan nacido, se hayan criado, vivan, o la actividad con la que asocien haberse encontrado en la zona. A pesar de nuestras diferencias, a nivel global todos compartimos esa sensación de sentirnos completos y realizados cuando experimentamos este estado de trance. Casi parece que estar en la zona es algo innato y común a todos los humanos.
¿Por qué se relaciona estar en la zona con la felicidad? Precisamente por la última característica que he comentado más arriba: porque estar en la zona supone enfrentarse a un desafío. Cuando te enfrentas a un desafío nivelado necesitas poner todo tu esfuerzo y tu concentración en superarlo, lo que inevitablemente te obliga a aprender, a mejorar y, en definitiva, a crecer como persona. Cuando somos capaces de superar ese desafío, irremediablemente nos sentimos felices con nosotros mismos por haber sido capaces de salir de nuestra zona de confort y obligarnos a mejorar. Las personas que no se quedan quietas, que buscan nuevos retos y aprender, son precisamente aquellas con más posibilidades de experimentar estar en la zona y de llegar a sentirse más completos.
Por tanto, tenemos que conseguir experimentar estas situaciones tan a menudo como podamos. Desgraciadamente, no basta con pensar que queremos estar en la zona. Lo más probable es que así solo consigamos lo contrario, obcecarnos y frustrarnos. Para incrementar las posibilidades de entrar en la zona la solución es algo tan “sencillo” como llenar nuestra vida de aquellas cosas que disfrutamos haciendo, ya sea en el trabajo o fuera de él. No es una fórmula mágica, pero si llenas tu vida y tu tiempo de actividades que requieren poner tu cerebro a trabajar y que te reportan placer, ten por seguro que te sentirás más feliz contigo mismo y te animará a seguir adelante incluso en esos momentos en los que todo parece estar en tu contra. En mi caso, me está aportando muchos nuevos momentos de Flujo el análisis de empresas y la inversión.
¿Por qué traigo esta reflexión?
Primero, lo hago porque quiero que mi blog sea un espacio que no solo sirva para narrar mi camino como inversor. También quiero que sea un lugar para compartir información que pueda resultar enriquecedora, aunque no necesariamente esté relacionada con la inversión.
Segundo, porque veo muchos mensajes en este mundo relacionados con alcanzar la independencia financiera a toda costa, y podemos caer en el error de dejarnos la felicidad por el camino. Considero un grave error que en ocasiones se use “independencia financiera” como sinónimo de felicidad. Es cierto que si consigues alcanzar la independencia financiera muchos de tus problemas pueden desaparecer, pero si no eras feliz antes dudo que cuando la alcances lo seas. Sería un golpe muy duro llegar a ese punto esperando sentirte feliz y darte cuenta de que sigues sin serlo y que durante el proceso has sido miserable. La felicidad es eso que vas construyendo día a día, haciendo actividades que te llenen, pasando tiempo con tu familia, leyendo un buen libro o logrando tus metas… Tú sabes mejor que nadie en qué tienes que invertir tu tiempo para llegar a la felicidad.
Y tercero, porque me siento muy identificado con lo descrito en el libro y las enseñanzas del Profesor Raghunattan. Siempre me he considerado una persona con el hábito innato de querer aprender y conocer. Creo que en parte por eso me vi motivado a perseguir una carrera en ciencia, porque quería estar en la frontera del conocimiento y explorando terreno desconocido para aportar mi granito de arena. Y no sólo eso, también encuentro disfrute y satisfacción en enseñar a otros lo aprendido. A principios de año la inversión fue todo un descubrimiento para mí, y desde entonces he adquirido una serie de conocimientos que me encanta compartir. Sé que a los más experimentados os parecerá gracioso, incluso enternecedor, que un “chaval” de 25 años diga que ahora conoce mucho sobre la inversión y quiera enseñar sobre ella. Y os comprendo, porque la realidad es que sigo sin tener ni idea, pero cada día me esfuerzo por saber algo más. A este chaval le dices en enero de 2023 que a estas alturas iba a saber lo que lo que son los tipos de interés y la inflación, cómo funcionan las pensiones, el significado de la bolsa y de que las empresas coticen en ella, qué son los estados financieros de una empresa y cómo estudiar el negocio de las mismas, y muchos otros conceptos más, y no te habría creído. Y sin embargo aquí estoy, creando una web en la que compartir mi camino como inversor con vosotros. A veces es necesario parar, darse la vuelta y ver desde dónde venimos y todo lo que hemos conseguido por el camino. Y si durante ese camino hemos tenido muchos momentos de entrar en el Flujo, más habremos aprendido y más lejos habremos llegado 😉. Esto no aplica sólo al mundo de la inversión. Todo esto lo he conseguido de la única forma que sé, echándole ganas, dedicación, motivación y sobre todo horas, muchas horas de aprendizaje.
Y hasta aquí esta reflexión y probablemente la última del año 2023, espero haber sido capaz de plasmar esta enseñanza del Profesor Raghunattan sobre cómo encontrar la felicidad en la vida cotidiana y, si os ha picado el gusanillo de leer el libro, aquí os dejo el enlace a Amazon con mi link de afiliado:
- Español: Si eres tan listo, ¿por qué no eres feliz?
- Inglés: If you´re so smart, why aren´t you happy?
Dejo pendiente hacer una futura entrada sobre este joya de libro del que creo que todos podemos aprender mucho, ¡felices inversiones!
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